La espiral de violencia contra periodistas
La administración calderonista ha sido incapaz de afrontar la violencia contra los periodistas, desatada por el crimen organizado, pero también de procurar justicia. Aquí recogemos brevemente las últimas incidencias que, con su estela siniestra, han quebrantado asimismo el ejercicio de los derechos de la información y de libre expresión
Asesinato y desaparición forzada de periodistas durante el gobierno de Calderón
Marco Lara Klahr
Durante el naciente gobierno --y a despecho de la fiscalía especializada que creó Fox en las postrimerías de su gobierno--, el número de casos de violencia contra los periodistas --por razones de su trabajo— esclarecidos plena y convenientemente suma CERO, en tanto que los asesinatos y desapariciones forzadas prosiguen, lo mismo que los actos hostiles para acallar medios informativos.
El 14 de diciembre de 2006, Raúl Marcial Pérez, columnista de El Gráfico de Oaxaca, fue abatido a balazos en la propia sala de redacción. El 11 de enero del año en curso fue hallado el cadáver de Gerardo Guevara Domínguez, quien había sido editor y colaborador del semanario californiano de habla hispana Siglo XXI (en Estados Unidos), y desapareció desde octubre en el municipio de Ocampo (2006), cuando se dirigía en motocicleta a la ciudad de Chihuahua, donde cubriría una noticia. El día 19 del mismo mes, Rodolfo Rincón Taracena, de Tabasco Hoy, desapareció en Villahermosa. El 6 de abril siguiente, Amado Ramírez Dillanes, corresponsal de Televisa en Acapulco, fue asesinado a tiros cuando salía de la estación radiofónica donde colaboraba. Diez días más tarde, en Agua Prieta (Sonora), Saúl Martínez, de Interdiario, fue secuestrado saliendo de la comandancia de policía municipal, y su cadáver apareció el 24 de abril en Chihuahua.
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