2.13.2007

La desaparición de Alfredo Jiménez

Plaza Pública / Eduardo Bours y los perros En vez de recibir con atención las revelaciones que acaso conduzcan a esclarecer el caso del periodista Alfredo Jiménez, desaparecido de Hermosillo pronto hará dos años, el gobernador de Sonora insulta a los informadores que hablan sobre el caso Miguel Ángel Granados Chapa Apenas en su sexto número, la revista mensual Contralínea/Sonora se ha visto obligada a cerrar. Sus dos reporteros abiertamente se declararon incapaces de enfrentar al gobierno estatal, encabezado por Eduardo Bours, y abandonaron su trabajo. No es para menos, al encargado de distribuir la revista, Mauricio Capdevielle, agentes policiacos estatales lo detuvieron hace un mes y tras sembrar droga en su vehículo y amenazarlo con procesarlo, se contentaron con que saliera de Hermosillo para nunca volver.El hermano de la víctima, Alejandro Capdevielle, resintió hace meses otras modalidades del abuso y la prepotencia del gobernador Bours, quien me dijo entonces (a propósito de una columna sobre el tema) que no era verdad que le incomodara la información publicada por el diario Cambio, sino que simplemente se negaba a satisfacer las peticiones el director del periódico, quien pretendía que el gobierno le entregara publicidad en montos y volúmenes semejantes a otras publicaciones con las que no podía compararse. Que eso no era verdad lo muestra el hecho actual de que Cambio, ahora parte de la Organización editorial mexicana (pues Capdevielle tuvo que ponerlo en venta) propiedad de Mario Vázquez Raña, recibe el trato negado a su antiguo editor, porque cesó la política editorial inquisitiva que lo caracterizó.El principal diario sonorense, El Imparcial, sufrió también la inquina de Bours contra la prensa. Tan pronto se puso en vigor la ley de transparencia en Sonora en agosto pasado, ese diario preguntó por el financiamiento estatal a organizaciones no gubernamentales. El gobierno rehusó ofrecer la información, pretextando razones de gobernabilidad. Una nota editorial, hecha como de paso, cuestionó si eso era motivo para la negativa. El gobernador se sintió agraviado por la pregunta, presumiendo mala fe en el comentario, y denunció penalmente a El Imparcial, aunque muy pronto se percató de la desmesura de su gesto: la Procuraduría depende de la casa de gobierno, por lo que el acusador estaba en condiciones de manejar la averiguación contra su acusado. Y retiró la denuncia, pero amenazó con ventilarla por la vía civil.La prensa de toda índole causa escozor a Bours. Hace tres semanas un airado comentario reveló su sentir al respecto: "Aquí no perseguimos a nadie, ni tienen los tamaños para ser perseguidos. Sabemos quién es el dueño de esos perros, no vamos a perseguir perros, no vamos a perseguir a nadie; es una campañita que no va sólo en contra del gobernador sino en contra del estado de Sonora".El gobernador se refería a un reportaje aparecido en Proceso sobre la desaparición de Alfredo Jiménez, reportero del que no se sabe hace cerca de dos años, pues la última vez que se tuvo noticia suya fue el 2 de abril de 2005. Sin dedicar una frase siquiera al fondo del problema, que es gravísimo por la desaparición misma y la sospecha de que el periodista ha sido asesinado, y también por la impunidad que protege a los autores de ése o esos delitos, Bours se limitó a descalificar encolerizado el texto periodístico.Ésta hacía revelaciones estremecedoras sobre la suerte de Jiménez, que al decir de un testigo protegido de la Procuraduría General de la República, un antiguo teniente de la policía local de Navojoa, Jesús Francisco Ayala Valenzuela, ha sido asesinado. Y más todavía: el encargado de ultimarlo habría sido muerto también. Se trata, en la versión de Ayala Valenzuela, que la ha formulado también ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, de otro agente policiaco, Juan Ausencio Félix Moroyoqui, cuyo cuerpo y el de sus compañeros y cómplices en el presunto asesinato de Jiménez, fueron hallados mes y medio después del homicidio del periodista en la desembocadura del drenaje en Ciudad Obregón.Irritó particularmente a Bours el que se diera crédito a quien calificó de enfermo, y que involucrara en la autoría del crimen del reportero a miembros de su gobierno, quienes pertenecen a un grupo político encabezado por el hermano del gobernador, Ricardo Bours, ex alcalde de la antigua Cajeme. Esos políticos y funcionarios se habrían coludido con el capo Raúl Enríquez Parra, jefe de la banda de Los números, o Los güeros, a quien afectaría la información que estaba por conseguir el periodista cuando fue hecho desaparecer.El irascible Bours dijo haber hablado con el procurador federal, Eduardo Medina-Mora, quien lo habría tranquilizado al responder que "no hay nada" contra esos funcionarios, lo cual por una parte no es novedoso pues en efecto "no ha habido nada" contra nadie en torno del crimen de Jiménez y, por otro lado, mostraría una celeridad pesquisitoria jamás vista en la PGR, pues apenas horas antes se habían revelado los nombres de aquellos a quienes implicó en esos sucesos criminales el ex teniente Ayala Valenzuela.Bours ha sido denunciado de modo formal ante el Ministerio Público federal por el abogado y periodista Álvaro Cepeda Neri, director que fue de Contralínea/Sonora. Lo acusa de ordenar que se obstruyera la circulación de esa revista "hasta llegar al extremo de secuestrar y apoderarse" de su número seis. Ese lance ocurrió, digo por mi parte, durante la ilegal detención de Mauricio Capdevielle y su chofer, Ricardo Ramírez, cuya salud se resintió por los efectos del episodio en que fue aprehendido sin causa ni orden judicial. Veremos si la PGR llama a Bours a que responda, así sea por escrito, a la denuncia en su contra, una de las varias que podrían enderezársele. Correo electrónico: miguelangel@granadoschapa.com Copyright © Grupo Reforma Servicio InformativoESTA NOTA PUEDES ENCONTRARLA EN:


http://www.reforma.com/edicionimpresa/notas/070213/editoriales/847010.htm



Fecha de publicación: 2007-02-13

1 Comments:

At 6:29 p.m., Anonymous Anónimo said...

¿Se podrá que usen puntos y comas? Es mucho pedir

 

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